Elaborado por: Massiel Santana Psicóloga Clínica
Muchas son las adversidades u obstáculos que se presentan en el camino a lo largo de la vida. Se puede llegar a pensar sobre situaciones en las que se cree que no se puede recuperar debido al dolor intenso que puede llegar a ocasionar. Sin embargo, es sabido que las personas tienen esa capacidad de “caminar en medio de la tormenta”.
Resiliencia es un término que ha tenido mucha aceptación, debido a afirmación de esperanza que se conjuga en él. Hablar de resiliencia, es hacer referencia a la capacidad que tienen las personas de reponerse del dolor y superar el daño de un evento traumático, y convertirlo a su vez, en una nueva forma de accionar, encaminada hacia una acción positiva.
La capacidad de resiliencia no se da de la noche a la mañana, es importante que se den ciertos elementos para favorecerla. Para esto, se hace vital que se dé una mirada desde la infancia, pues, es en los primeros años de vida, donde se construye la flexibilidad para aceptar los cambios y seguir avanzando a pesar de los desafíos. Un niño cargado de buenos tratos, amor, seguridad y protección seguramente ira edificando las bases de la resiliencia.
Los padres son una pieza clave, ya que, sirven de modelo a los hijos a través de las acciones que realizan y la manera de enfrentar las adversidades, de igual modo, refuerzan habilidades resilientes con el afecto que les transmiten y siendo empáticos.
Ser resilientes conlleva aceptar la realidad que se presenta, es experimentar el dolor que embarga; y a pesar de eso, seguir caminando. Implica situarse en el presente, y asumir la realidad tomando en cuenta que no se tiene control de todo, por lo que, amerita ser flexibles. Se debe dejar a un lado, temas del pasado que paralicen, y más bien, mirarlos como oportunidades de crecimiento continuo.
La vida, es un proyecto en el que con los años se va avanzando. Está llena de borradores, y el autor va haciendo los ajustes necesarios en base a las experiencias que se presentan el camino, las mismas no serán siempre las que se desean, pero serán las que se necesiten para crecer. Así mismo, es la resiliencia, una oportunidad para ver lo positivo en cada cosa que sucede.
Elaborado por: Massiel Santana
Psicóloga Clínica
Terapeuta Familiar y de Pareja
Terapeuta del Bienestar Emocional