Transitar por la adolescencia es un camino cargado de muchos cambios a nivel físico, emocional y social, donde se necesita del apoyo de los padres para que esta etapa no sea tan turbulenta y este acompañada de la comprensión y de la red mas importante en la vida de cualquier ser humano: la familia.
Los cambios hormonales que se producen van generando estrés en el adolescente, debido a que no siempre pueden lidiar con tantos cambios. A nivel físico; los jóvenes pueden manifestarse incomodos por la rapidez en que su cuerpo se desarrolla¸ pero otras veces, pueden sentirse frustrados cuando los cambios que desean se producen con lentitud o no llegan de forma temprano en comparación con algunos de sus pares.
Aparecen los conflictos en la familia tras la necesidad del adolescente de querer diferenciarse del resto, exhibiéndose con rebeldía y cuestionamiento hacia el adulto. Es por esto, que se van distanciando en cierta medida de los padres y va ganando mas importancia el vinculo con sus pares, con quienes se siente mas identificado y comprendido. Es en esta etapa donde su lugar
favorito suele ser su habitación y no necesariamente, compartiendo con el resto de la familia. Muchas veces, este distanciamiento no es visto por los padres como una característica de crecimiento, si no, mas bien, es vivido como una crisis de la que les resulta difícil manejar y al llegar a la consulta, suele ser esta una de las principales quejas a resaltar.
Quizás, uno de los puntos a tomar en cuenta, es que los chicos comparten entre iguales temas con mayor libertad que con los adultos no pudiesen plantear y de esta manera, evitar criticas o prejuicios, así como también, evitar que los padres se enojen o tomen ciertas medidas como consecuencia de lo que se expone.
Las emociones en la adolescencia son vividas con mayor intensidad, por lo que, fácilmente los chicos pueden pasar de estar muy tristes a estar muy enojados. Es muy importante, empatizar con sus sentimientos y lo que les sucede, sin restarle valor a lo que expresan, por más sencillo que sean, de esta manera comprenderán que sus padres los escuchan y entienden.
Los adolescentes comienzan a cuestionarse, pero sobre todo, a cuestionar el mundo exterior; esto es debido a la necesidad de elaborar sus propias ideas y juicios, a la necesidad de crecer y diferenciarse de los adultos. Aunque, sorprendan con algunas de sus ideas, se debe desarrollar la escucha y abrir la comunicación, tomando como oportunidad el acercamiento que ellos muestran.
No hay un libro especial ni receta mágica para manejar a la perfección esta etapa, puesto que cada familia es diferente y puede ser vivida de manera particular. Lo mas importante aquí, es mantener el equilibrio, entre disciplina y negociación, sosteniendo reglas claras en casa y desarrollando cada día el afecto y la comunicación.
Elaborado por: Massiel Santana
Psicóloga Clínica
Terapeuta Familiar y de Pareja
Terapeuta del Bienestar Emocional
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