Elaborado por: Massiel Santana
Psicóloga Clínica, Terapeuta Familiar y de Pareja, Terapeuta del Bienestar Emocional
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Cuando se inicia una vida en pareja, se suelen experimentar grandes momentos de felicidad, complicidad y una sensación de bienestar que se quisiera que fuera para siempre. En la medida que va avanzado el tiempo, se va siendo mas objetivo y reconociendo con más claridad lo que caracteriza al uno del otro; y este es el momento, en el que la relación se torna más sólida, cuando cada miembro de la pareja acepta al otro como es.
En una relación sana intervienen una serie de valores y habilidades que hacen posible que la pareja conviva en armonía y con el deseo de mantenerse unida. Uno de los componentes principales es tener presente que antes de ser pareja, son seres individuales, en relación con otros, con experiencias pasadas y vida presente. Muchas veces sucede que uno de los miembros de la pareja abandona su cotidianidad, sus amigos y las cosas de las que disfrutaba por el miedo de perder a la pareja. Si algo hay que tener claro es que, en la vida de pareja debe haber espacio para compartir en conjunto, pero también, compartir con los demás y sacar espacios para uno mismo.
La comunicación es una de las herramientas mas valiosas con la que debe contar la pareja, ya que, de esta depende que la pareja se entienda, se expresen lo que sienten y lo que esperan el uno del otro. La comunicación a desarrollar por la pareja debe estar basada en el respeto, en la escucha activa, en la empatía, pero, sobre todo, la comunicación debe ser asertiva.
Cuando se vive una relación de pareja sana no hay temor de expresar lo que se siente y lo que se piensa, no hay silencios para evitar provocar una molestia al otro. Tampoco, se comunican con sarcasmos, criticas u ofensas. No existe el castigo de la indiferencia ni la distancia.
Cuando existe una buena comunicación, la pareja propicia el momento adecuado para conversar sobre lo que les interesa, lo que les desagrada, siempre con la finalidad de llegar acuerdos y comprenderse. Es innegable el hecho de que la convivencia en pareja ocasiona conflictos, pues cada uno tiene una manera de ser distinta al otro; sin embargo, deben verse las situaciones como oportunidades para crecer juntos, tolerarse y aceptarse.
Por ultimo, quiero destacar que en una relación amorosa sana, la pareja trabaja en la construcción de un proyecto de vida juntos, ese proyecto que con los años se va ajustando a los intereses comunes, aquel en que juntos se motivan y trabajan por alcanzar lo que desean.