El bolso de Louis Vuitton más emblemático o, al menos, uno de los más icónicos de la firma francesa es el Speedy: un espacioso diseño de asa corta con más de 150 años de historia disponible en los dos estampados más típicos de la casa, la lona Damier y la Monogram. Sus detalles de cuero –que adquieren con el paso del tiempo una pátina de color ámbar profundo–, sus asas estilo Toron cuidadosamente cosidas a mano, su candado dorado y los rebordes teñidos de rojo oscuro son algunos de los símbolos que lo caracterizan. Tomando como punto de partida la bolsa de viaje Keepall, Louis Vuitton creó este modelo en 1930 que, aunque su nombre original era Express, enseguida se cambió por el de Speedy en una referencia clara al imparable desarrollo de los medios de transporte y al ritmo de vida cada vez más acelerado de la época.
Aunque fue en los años 60 cuando terminó por convertirse en todo un icono de la maison –se realizó un tamaño especial a petición de la actriz Audrey Hepburn–, lo cierto es que nunca ha dejado de estar en la lista de deseos de las expertas en moda. Disponible en la página web de la firma en la actualidad, también se trata de uno de esos hallazgos vintage que merece la pena atesorar. En definitiva, todo un clásico que podría estar en el armario de nuestras madres o en una selecta boutique vintage como Vestiaire Collective y que, según una conocida danesa, podría volver a la palestra esta temporada.