Por: Psicóloga, Massiel Santana
Reconocer la vida como un regalo invaluable es algo que se debe tener presente siempre. Hay vida, desde el primer latido que que brota desde el vientre de la madre, y desde ahí, nace la conexión más hermosa del mundo, donde se comienza a vivir una experiencia inigualable. El saber que se da vida, es reproducir el amor con el que se ha concebido.
Muchas veces, se piensa que dar vida es responsabilidad exclusiva de la madre; sin embargo, sin la unión del hombre y la mujer, esto no seria posible, se necesitan dos para la procreación. En un escenario ideal, la pareja se prepara en la planificación del momento de ampliar la familia y tener la oportunidad de darle la bienvenida a los hijos.
Otras veces, el tener hijos se da de manera inesperada, sin planificar, aun así, es una bella oportunidad para crecer como familia y como personas. Ante cualquier circunstancia, puede generarse estrés o inseguridad por como cambiara la vida con la llegada de la criatura, miedo por los cambios que se pueden llegar a experimentar, y a pesar de eso, es mayor el deseo de amar.
En la medida en que la criatura va naciendo en el vientre materno ira aumentando el amor y el deseo de acariciar, proteger y alimentar, de dar lo mejor que se tiene, sin tener que ser perfectos, y aprendiendo a ser mejores padres con el paso del tiempo.
La vida es un gran tesoro del que se quisiera extender, pensar en que se acorta la vida, queda en muchos el deseo de disfrutarla al máximo, porque la vida es bella y está llena de oportunidades. A pesar de los obstáculos o caídas que se presentan, el ser humano busca la manera de disfrutar y buscar en ella la plenitud.
Inclusive, cuando se da una situación desagradable o que genera frustración o decepción, llega la tristeza como una oportunidad para reflexionar sobre los deseos, sobre las pérdidas y hacer cambios para vivirla mejor y hacer los ajustes necesarios que llenen de bienestar y satisfacción.
Valorar la vida, disfrutarla cada día, compartir con las personas que se ama, desafiarla ante las adversidades, es un verdadero acto de amor.
Elaborado por: Massiel Santana
Psicóloga Clínica
Terapeuta Familiar y de ParejaTerapeuta del Bienestar Emocional