Dolor de garganta agudo, pérdida de olfato y una sintomatología que dura cuatro días, acompañada de una dudosa efectividad de la vacuna sobre la variante
El SARS-CoV-2 con el que nos infectamos ahora poco tiene que ver con el virus que infectaba a principios de la pandemia. La variante original del virus, pasó a alfa. De alfa a delta. Y de delta a ómicron, que ha derivado en los sublinajes BA.4 y BA.5 que se presentan de distinta manera en el cuerpo del contagiado.
Estos linajes del virus SARS-CoV-2 están detrás de la actual subida de casos y del aumento considerable de ingresos. Los datos indican que el porcentaje probable detectado de BA.4 y BA.5 sobre el total de las PCR analizadas ha pasado del 6,5% en la última semana de mayo a casi el 70% en la última de junio, según informes aportados por el Ministerio de Sanidad.
NUEVOS LINAJES Y NUEVOS SÍNTOMAS
Después de más de dos años interiorizando la alerta y expectación ante cualquier tipo de síntoma de Covid en nuestro cuerpo, ya sea tos, presión en el pecho o fiebre, cabe preguntarse: ¿siguen siendo los mismos signos en estas nuevas variantes?
La lista de síntomas siguen siendo los conocidos hasta hoy. Las personas contagiadas con las nuevas cepas predominantes, pueden superar la enfermedad de forma silenciosa, sin apenas síntomas, o sentir un leve dolor de garganta y congestión nasal, acompañado de tos seca y dolor muscular.
Además, los expertos han asociado la aparición de diarrea a este linaje. Además, también lo relacionan con la aparición del dolor agudo de garganta, los síncopes o astenia, que pueden incluso acabar en la pérdida de conocimiento
Según recoge el último informe de la salud pública francesa, la duración de la sintomatología se ha reducido a cuatro días frente a los siete de ómicron y se ha aumentado la probabilidad de perder el olfato -anosmia- y el gusto -ageusia-.
Las subvariantes BA.4 y BA.5 se detectaron por primera vez en Europa en marzo, principalmente en Portugal, donde por primera vez se observó un aumento significativo de los casos en una de estas dos -BA.5-.
El Centro Europeo para la Prevención y el Control de las Enfermedades (ECDC) ha determinado que el aumento de los casos dependerá de varios factores, como “la protección inmunitaria contra la infección, influida por el momento y la cobertura de la vacunación; y el alcance, el momento y el panorama de variantes de anteriores olas pandémicas”.
El ECDC ha aclarado que “no hay pruebas de que las variantes BA.4 y BA.5 se asocien a una mayor gravedad de la infección en comparación con las variantes BA.1 y BA.2, actualmente las mayoritarias en circulación. Sin embargo, al igual que en las olas anteriores, un aumento de los casos de coronavirus en general puede dar lugar a un aumento de las hospitalizaciones, los ingresos en la UCI y las muertes”.
En España, aún en el camino de la cuarta dosis para la población vulnerable y mayores de 80 años y donde cada vez hay más población vacunada. Un estudio publicado por la revista científica Nature ha señalado que estos linajes son parcialmente resistentes a la vacuna.
“Los estudios de laboratorio sugieren que los anticuerpos desencadenados por la vacunación son menos efectivos para bloquear BA.4 y BA.5 que para bloquear cepas anteriores de Omicron, incluidas BA.1 y BA.2.
Esto podría dejar incluso a las personas vacunadas y reforzadas vulnerables a múltiples infecciones por ómicron”. Incluso las personas con inmunidad híbrida, derivada de la vacunación y la infección previa con ómicron BA.1, producen anticuerpos que luchan por incapacitar a BA.4 y BA.5.